jueves, 21 de abril de 2011

Semana Santa

Llegaron una mujer española que vive con su marido estadounidense en Manhattan. Llegaron al restaurante, y tras un rato de conversación agradable, la única española con la que hablo por esta parte del mundo desde hace mucho tiempo, me dijo que tenía en mí un gran poso de tristeza.
No sé si como la Virgen de Semana Santa, que tiene sus lágrimas en el rostro, no sé y sí lo sé, es una pena que las montañas no curen el llanto, que la sabiduría inca no me de la fuerza....
Refugio en la iglesia, pese a no ser creyente, silencioso, íntimo y sólo para mi, sin perturbaciones de ningún tipo..