jueves, 29 de septiembre de 2011

Y todo sigue igual

Y todo sigue igual. Las calles están en su sitio, como diría mi padre. Ya llevo aquí una semana, 14 horas de vuelo desde Lima y tras año y medio, ese momento llegó.
Llegó el llanto, no cuando lo esperaba sino unos minutos antes cuando el avión ya sobrevolaba Madrid y el capitán se dirigió a los pasajeros: "llegamos a Madrid, temperatura 24 grados, cielo despejado..." Y justo ahi, en ese momento unos charquitos se formaron en mis ojos.
En Madrid todo sigue igual. No me imaginaba ese calor de inicios de otoño, tintes de verano que tarda en despedirse. Tampoco me imaginaba, aunque algo ya sabía, que mi abuela había empeorado sustancialmente desde que me fui, y que me esperaban alegres sus ojillos azules que me sonreían felices al verme. La próxima semana cumplirá 88 años, y mi sobrina 12. En realidad, no todo sigue igual. El cambio, cada segundo, hace mella en nuestras vidas.

 Diría que, parece que todo sigue igual.