viernes, 28 de junio de 2013

Tic tac tic tac

Tic tac tic tac
Cielo nublado, amenzada de lluvia, temperatura agradable.
Organizo una fiesta, la fiesta de mi despedida.
Me pregunto si alguna vez volveré a estas tierras, a esta tierra de barro rojo que piso a diario ahora.
Tierra que me embadurna los pies.
Tic tac tic tac
El tiempo pasa siempre, pero sólo a veces lo notamos con mayor intensidad.
Estos últimos días, ahora, es una de esas veces.
Gente. Toda la gente que he conocido, a la que he estrechado la mano cada mañana
a la que he sonreído, con la que me he enojado, con la que he compartido.
Organizo una fiesta, el horizonte de mi marcha está ahi, cerca cerca.
Y sólo puedo sonreir y sentirme absolutamente agradecida.
Tic tac tic tac  o quizá el paso del tiempo no tenga ningún sonido
o el sonido del amanecer de cada mañana, pájaros, insectos, vida.

El camino sigue, toma un nuevo giro, pero no se acaba, mientras sigan estos pies con danza.



viernes, 21 de junio de 2013

Comienza el verano

Hoy comienza el verano. Llegaré en verano, con el calor y los días más largos. Volver. Volver al inicio, a la matriz, al origen, a la raíz... es difícil para alguien cuya vida se compone de muchos puertos, de muchos horizontes muy distintos, con raices transplantadas en diversas tierras, para una semilla capaz de germinar y crecer en multitud de condiciones. Tras un largo viaje, el velero vuelve al puerto de partida. Aunque desde la distancia parezca difuso, lo hay. Replegar velas, asimilar lo aprendido en esta nueva aventura, recolocarse, amarrar y descansar, reparar el barco, cargar los depósitos de sol y cariño.

Volveré en verano, cuando el calor de Madrid sea insoportable. Volveré al calor del hogar con los ojos repletos de horizonte.

jueves, 20 de junio de 2013

Danzando

Danzando entre la alegría de volver y la tristeza de las despedidas. Ya casi puedo contar los días que faltan para coger el avión de vuelta a casa con los dedos de mis manos. Y siento tristeza y alegría, agridulces emociones. La etapa se está cerrando. Casi un año de mi vida en estas tierras rojas, con estas gentes, con otras y las mismas realidades. La mirada, cómo no, ha cambiado. Los caminos se han ampliado. Los horizontes han crecido y mi vida, mi vida ha cogido matices nuevos, pliegues distintos, esencias y solidez. 
 


                            
                              Si escarbo un poquito, lo que siento es una inmensa, inmensa gratitud.