Por la mañana escucho sonidos en la cocina, y sé que estás ahi, y me alegra el saberlo, saber que si me acerco me encontraré con tu sonrisa siempre amplia y acogedora, el primer encuentro agradable de cada día junto con el mimoso gato, siempre dispuesto a recibir una caricia.
Eres una flor en el desierto de la casa, te lo he dicho, y lo mantengo.
Bendita dulzura la nuestra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario