Hoy amanecí con nostalgias. Nostalgia de lugares. Nostalgia
de personas. Recuerdo la pequeña casa en Guarne que pintamos de amarillo y que
arrendé aquel tiempo; recuerdo cada uno de sus rincones y cómo fue cambiando
desde que comenzaste tu a vivir en ella. Cambió el espacio, y cambió mi vida. Qué
manera de amarse. Otro recuerdo matutino han sido aquellas copas de vino hasta
la madrugada en la Latina escuchando en aquel lugar la música The Cure. Yo
quería querer y ahí apareciste tú, enganchado a la emoción del principio de comenzar
relaciones. Amor romántico en su máxima expresión, casi un cuento de hadas con
viaje a Florencia.
Más bien no son nostalgias… son recuerdos que
afortunadamente ya no duelen… en este mosaico de pequeñas piezas que es mi vida.