Tengo encogido el corazón. Se me queman las tripas de
angustia. Ayer revolvía tu habitación buscando pistas para saber dónde
hallarte, para recuperarte…
Encontré bajo tu cama una caja con libros, muchos de ellos
te los había regalado yo a lo largo de los años, aquéllos en los que todavía te
gustaba leer. Siento que te pierdo. Ahora estás perdida. Te estamos buscando.
Estoy muriendo en cada minuto de espera.
Encontré muchas cosas,
dolorosas para una niña de 14 años, porque para mí sigues siendo una
niña, aunque la legislación española diga que a partir de los 13 años puedes tener
relaciones sexuales sin ningún problema.
Pasan los minutos. Dónde estás y qué estarás haciendo, con
quién. No puedo evitar que la mente se me vaya a pensar cosas terribles, y que
se me siga encogiendo el corazón. ¿Qué no he visto, qué no hemos hecho, cómo
has llegado a este punto? Vuelve, dime qué necesitas, cerca o lejos nunca he
dejado de quererte. Vuelve. Te ayudaré a pegar los trocitos de tu vida.
No me perdono que te hayas ido convirtiendo en casi una
extraña para mí. En tu habitación encontré retazos de ti y partes ajenas a la
niña que yo conocía. El tiempo ha pasado y tal vez no he estado a la altura.
Vuelve. No todo está perdido. Cuando te abracé el viernes sentí a esa niña
pequeña y preciosa, por más que te maquilles, te tiñas el pelo, vistas ajustada
o no quieras ir al instituto.
Vuelve. No hay familia perfecta, pero te queremos. Te
quiero.
Ánimo!!!! Seguro que aparece en breve!!
ResponderEliminar