sábado, 6 de diciembre de 2014

Diciembre

Ya diciembre. Qué rápido han pasados estos meses en Argelia, de aviones Tindouf-Argel-Tindouf, de descubrimiento, de decepciones, de ilusión menguante, de lunas, de tormentas de arena, de contexto sociopolítico, de donantes y facturas, de escoltas, de errores y aprendizajes, de risas, de tés excesivamente azucarados, de dificultades, de esfuerzo, de dudas, de camellos, de jaimas, de rezos en las mezquitas, de cervezas en el Granada una vez al mes, de historias de vida, de vida, de vida... de realidades y vergüenzas, de falta de humanidad y de entendimiento, de gente y sus sonrisas, de esperanzas, de lucha, de ganas, de abatimiento y tristeza, de belleza y caídas, de desigualdades, de henna y cus cus, de desierto, de descarados flirteos, de ducharse con el puerto de Argel de fondo, de lo duro que es ser mujer aquí y refugiado en los campamentos, de vivir amurallado, de músicas maravillosas y pueblos nómadas y bereberes, de barbudos extremistas, de falta de anonimato y vida privada, de las puestas de sol donde el horizonte es infinito, de mares de arena, de dunas que aún no he podido visitar...


Camino, miro, me tambaleo, me caigo, me levanto, lloro, sonrío, me ilusiono, me desilusiono, crezco, sonrío, me miro, aprendo y continuo caminando.