domingo, 22 de julio de 2012

Gracias por este día

 Hemos podido volver a comprobar que somos y no somos ya los mismos, que "eso" sigue ahí, perduran el "animal instinct", la electricidad de nuestros besos, el silencio y la cercanía; todos los recuerdos de aquel tiempo y de aquel día en tierras germanas volvieron al presente del caluroso Madrid, y parecía, parecía que no había pasado el tiempo. Sorprendentemente esas horas se deshicieron lentas y deliciosas en ternura y cariño. Con un abrazo nos despedimos, sin saber nunca hasta cuando o si habría una próxima vez.
Habían pasado doce años.
Para ti será la fe, para mi será la vida, la que quizá nos vuelva a reunir otra vez, en algún otro lugar...

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