lunes, 10 de marzo de 2014

El día de la mujer

El día de la mujer, son todos los días de nuestra vida vida. Desde el nacimiento hasta la muerte. Mary Wollstonecraft, una de las primeras mujeres y filósofas que reivindicó la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, ya lo decía: No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas.

Poder sobre sí mismas, sobre sus vidas, sobre su capacidad de decisión. Libertad para poder escucharse y dejarse ser lo que realmente somos, y no lo que se espera -en todo ámbito- de nosotras. Y es que el yugo del sistema patriarcal es muy sutil, pero muy fuerte. Todo: la violencia, los valores, los roles de género, las relaciones y el comportamiento, las leyes... todo orientado a reducir el poder que tiene la mujer sobre sí misma....
Ay Mary, si levantaras la cabeza, a más de 300 años de que escribieras tu vindicación, no voy a decir que sigamos igual, pero todavía queda tanto y tanto por luchar, tanto terreno por conquistar.... Y es increíble ver cómo en todas partes, el fondo de la situación es el mismo: el patriarcado, el androcentrismo, desigualdad.



El año pasado el día de la mujer en Camerún, el tono del día era más fiestero, como un día para el desmadre para la mujer, donde se emborrachan y pierden los papeles... un día que temen los hombres. Pero también hubo una manifestación, una reivindicación de derechos: el lema de ese año en Sangmélima fue  la eliminación y la prevención de todas las formas de violencia a las mujeres y a las niñas. Y aparte del desfile de empresas y asociaciones de mujeres, se pudieron leer pancartas como "no a los matrimonios precoces".

El 8 de marzo de 2014 en Madrid, ha tenido un tono distinto, pero en el fondo igual. Se han reivindicado cambios en la ley del aborto, una ley trasnochada que nos quiere imponer la derecha y la iglesia más recalcitrantes; sobre la violencia de género, haciendo memoria de todas las mujeres asesinadas por sus compañeros/maridos/novios; sobre la diferencia de sueldos y sobre el acoso laboral; también sobre la visibilización del colectivo LGTB. Se han pedido cambios políticos, se han criticado y ridiculizado a esos mismos políticos.


Son cosas todavía impensables en Camerún, hablar abiertamente del aborto, del lesbianismo, de coños, en fin, cualquier crítica pública al presidente actual que es el mismo que han conocido las abuelas, y las madres de las niñas de hoy en día.

La forma es distinta, la esencia es la misma. Somos todas mujeres, de una u otra manera en su mayoría oprimidas, por el sistema, la religión, la sociedad y lo peor de todo: nosotras mismas.


Aquí y allá me encantaron ver todo tipo de mujeres (y también hombres). Aquí,  fueron familias enteras, de varias generaciones, mujeres viejitas, niñas y niños, mujeres con discapacidad. Me encantó ver mezclados entre la gente chicos negros (no sé si por curiosidad o por solidaridad con la causa). Abuelos, que no todos son gruñones y retrógrados. Música, una excelente batucada, buen humor, compañerismo. Yo añadiría alguna reivindicación de solidaridad entre las mujeres, que no compitan, que no se critiquen tanto,que se ayuden y ayuden a ver a las que todavía tienen un velo de machismo en los ojos.

En fin, hay que seguir en la lucha todos los días del año, con cada gesto diario. Por nosotras, por ellos y por la humanidad.

Iba yo pensando mientras caminaba sola, que si volviera a nacer, volvería a ser, sin duda, una mujer.

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