martes, 9 de octubre de 2012

Nacimiento y muerte


El viernes 5 de octubre de 2012, vi nacer a un niño camerunés. La mamá era una mujer ciega completamente, con los grandes ojos tapados de blanco. Estoicamente aguantaba el dolor, sin anestesias, natural, llevaba ya varias horas dilatando y esperando.
La acompañé en la última parte del parto, vi aparecer la cabecita del bebé entre sus piernas, lloré, me emocioné, un apretón más, mamá, ya está casi, y con la última contracción el bebé nació. Llantos, gritos, sangre… después las curas, coger la mano de la mamá, ver la poca delicadeza del enfermero que atendía el parto cuando sin previo aviso le metió la mano para sacar la placenta y comprobar que no quedaban restos de nada dentro, coger su mano, sufrir su dolor, compartir su alegría, felicitarla por ser fuerte, tan fuerte… Después el bebé en su regazo, buscando su pecho, respirando, abriendo los ojos… ¡Cuánta emoción! Y después, le dan puntos, en vivo y en directo, sin luz, alumbrándole con una linterna, le digo que tenga paciencia, que ya va a acabarse todo… grita, aúlla, le está doliendo y puedo empatizar tanto tanto… y poco más tarde, la mujer sale caminando de la sala de parto, la acompaño a su cama, se apoya en mí, está cansada, acaba de dar vida, acaban de abrirse sus carnes, acaba de parir a su primer hijo y he tenido la dicha de compartir ese momento con ella, doler el dolor y alegrarme en la alegría.

De igual forma, ayer por la mañana murió un niño, de 4 ó 5 años. Venía ya en estado muy crítico, al parecer llevaba varias semanas con diarrea y deshidratado. Murió, no sé si se pudo haber hecho algo, el caso es que murió y los gritos de dolor de la madre se me metieron en el corazón, cuánto desgarro, escribí esto:

Acaba de morir un niño en el hospital.                 
Esta mañana le vimos, mientras le intentaban coger una vía en sus venas ya secas.
Parece ser que estaba deshidratado y con diarrea…. No se ha podido hacer nada para salvarle
Los gritos de dolor de la madre me taladran la cabeza y el corazón.
Ha venido un coche a buscarla. Ya se van….
Se acabó todo.
Nacimiento y muerte. La muerte cuando la vida no se ha gastado toda, cuando no se han gastado los huesos y el cuerpo de tanto vivir, no la entiendo.

1 comentario:

  1. Pese a que lo escribes, en realidad no me puedo imaginar cómo te sientes, no creo que nadie que no estuviera allí pueda.
    Lo que tengo claro es que tu mirada del mundo no va a volver a ser la misma.

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