martes, 26 de marzo de 2013

Océano, abrázame





Sentí que quería perderme en sus brazos, desaparecer casi del todo, sentir que mi cuerpo no pesa, sentir el agua densa y salada del océano abrazando todo mi cuerpo. Dejarme caer sobre un colchón de agua cálida y saber que la vida me impulsa hacia arriba, que respiro, que floto, que tengo fuerzas suficientes para nadar y seguir a flote. Cansarme, extenuar el cuerpo, limpiar la mente, recargar con su energía azul la batería del vivir. Parar el pensamiento y sentir. Necesitaba ese abrazo vital, antiguo, vibrante del océano. Ese agua que limpia las heridas, y se lleva al fondo fondo, hasta mutarlo completamente, todo lastre, todo peso que entraña el vivir.

Gracias, océano, por tu abrazo.

2 comentarios:

  1. A veces el mundo es tan pequeño. Lore, vivimos cerca del mismo Océano, "y estás tu tan distante"...
    Qué sensación la de la ingravidez, a veces creo, no sé que pensaras, que nos remonta a un pasado en el que flotábamos y no necesitábamos pulmones para respirar. Un pasado en el que el aire no nos abrasaba, y la gravedad no nos ataba a la tierra. Cuando estoy en el agua, pienso que flotar es volver al origen, es una sensación casi abismal...

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  2. Estoy completamente de acuerdo, flotar debe ser como volar, el cuerpo no pesa...como en el vientre materno tal vez

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