sábado, 25 de enero de 2014

Ellas

Este vestido negro le ha traído muchos recuerdos y un fuerte reencuentro con una parte muy íntima de sí misma.  Sí, recapitulando, hace muchísimo tiempo que no había vuelto a fijarse en una mujer. Casi desde que aquella historia terminó. No es el vestido negro, es a quien perteneció, a quien debe este reencuentro tan bonito y sincero, estas letras y estas ganas de bailar y saltar.

Ellas. Ellas. Porque sí. Porque así lo han decidido. Porque quieren. Ellas. Ellos. Ellas/ellos. Porque el concepto del amor y del deseo es muy amplio para restringirlo a la reproducción. Porque recibimos una fuerte educación de roles de género patriarcales y heterosexuales desde que nacemos, hay quien dice que las cosas tienen una forma de ser única, y que todo lo demás está mal, es desviado, maligno...  ¿El amor es desviado, maligno, incorrecto, impropio? Cada cual con su organismo, con respeto y libertad. Todo está en continuo cambio y movimiento. Si ella baila sola, o baila con ellas y con ellos o no baila… es su decisión. No es ni más ni menos, ni mejor ni peor. Simplemente es lo que quiera ser, lo que le lata ser, libre, sin miedo. ¿Quién puede hablar de dónde cada uno encuentre su felicidad, su paz, su inspiración? ¿Quién juzga donde cada cual pone su corazón?

Mucha gente no lo entiende. Mucha gente no puede respetarlo aunque no lo comparta. Muchos individuos y sociedades y gobiernos son capaces de maltratar, criticar, juzgar, violentar, encarcelar, torturar y matar. Y lo hacen a diario.

Y sigo pensando… aquello de que si te choca… te checa.  Y, por supuesto  ¡vive y deja vivir! 

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