domingo, 3 de noviembre de 2013

La voz cristalina y aguda de María Callas está tocando con sus dedos sutiles mis emociones aterciopeladas, que hoy domingo están a flor de piel. No importa si es el aria Un Bel di vedremo de Madame Butterfly o es O mio babbino caro... no importa si es alguna parte de Samson et Dalila... no importa, ya me ha tocado.

Tostadas con compota de manzana y de higos hecha por mi madre, que me he traído en botecitos pequeños. El viento sopla fuera. Espero la hora del eclipse. 

Una capa dorada como de miel, así me imagino la forma en la que se están cubriendo mis emociones, no sé si es el brillo dorado de la suma de decepciones o es el barniz luminoso de la verdad. Sólo me falta un paso, para que por ahí resbalen los pensamientos de ingenua espera. Es un trampolín para disfrutar del ahora, para tomar consciencia, es un alimento para la niña y una capa mágica para la adulta.

Esta voz de María me está tocando, ya me ha tocado con sus dedos sutiles. Suena la Traviata
Sempre libera degg'io oh oh oh ohhhhhhhh....

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