viernes, 1 de noviembre de 2013

Tarde de muertos

Hoy es 1 de noviembre, ese día que en nuestro mundo llamado "occidental" se celebra cada vez más masivamente, disfrazándose de monstruos o personajes terroríficos para dar miedo o exorcizar al miedo, ir a una fiesta, o también se celebra, más tradicionalmente, yendo a los cementerios a llevar flores, y llorar o recordar u honrar a los muertos. Y me pregunto ¿por qué este día de celebración de origen tal vez celta, tradicionalmente, se ha hecho el 1 de noviembre? ¿qué tiene este día o este momento del año, para que la línea entre la vida y la muerte, mejor dicho, entre los muertos y los vivos, sea más delgada? Ni idea. Pero algo habrá seguramente.

Aquí en Camerún este día no se celebra, ni siquiera ha llegado en forma de Halloween de brujas y monstruos y disfraces y fiestas. Menos mal. La muerte se vive de otra forma, y parece ser que no existe un día exacto para pensar en ello o celebrarlo. Aquí he estado más cerca de la muerte que nunca en mi vida, y aquí valoro lo que es tener más de 30 años y todavía conservar vivos y en buena salud a mis padres y a la mayor parte de mi familia. Aquí a casi todas las familias les faltan varios miembros, hijos, hermanos, primos... todos los días, imprevisiblemente muere algún ser querido, algún conocido o vecino. Y claro que todos tenemos que morir algún día, pero sin duda hay lugares en los que la vida parece que tienen menos valor que en otros; así es, por mucho que duela esta injusticia atroz.

Esta tarde de muertos, quiero dedicarla a las personas queridas, que he conocido y que ya no están aquí, y que tal vez, como vulgarmente se dice, "han pasado a mejor vida", aunque los que estamos aquí ninguno queremos en realidad irnos, por muy buena que la otra vida pueda ser. Y aunque comparado con lo que se vive en estas tierras, no he vivido muchas muertes cercanas y dolorosas, recuerdo a mis abuelos y a mi abuela especialmente, todos cercanos, todos me aportaron algo, me hicieron crecer y su recuerdo embellece mi vida. A donde quiera que estén, que sepan que les quiero, y que vivirán en mí mientras yo lo haga.

Feliz tarde de muertos.

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