sábado, 31 de mayo de 2014

Hoy amanecí con nostalgias. Nostalgia de lugares. Nostalgia de personas. Recuerdo la pequeña casa en Guarne que pintamos de amarillo y que arrendé aquel tiempo; recuerdo cada uno de sus rincones y cómo fue cambiando desde que comenzaste tu a vivir en ella. Cambió el espacio, y cambió mi vida. Qué manera de amarse. Otro recuerdo matutino han sido aquellas copas de vino hasta la madrugada en la Latina escuchando en aquel lugar la música The Cure. Yo quería querer y ahí apareciste tú, enganchado a la emoción del principio de comenzar relaciones. Amor romántico en su máxima expresión, casi un cuento de hadas con viaje a Florencia.  

Más bien no son nostalgias… son recuerdos que afortunadamente ya no duelen… en este mosaico de pequeñas piezas que es mi vida.

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