domingo, 25 de mayo de 2014

Y el mundo se paró en ese instante.
Todos los ojos despistados se volvieron hacia ti
y comenzaron las preguntas.

Nunca he sentido tanta angustia

He aprendido a relativizar
y a colocar en el centro lo importante
a dejar de perder el tiempo en estúpidas esperas
a no dispersar más innecesariamente mi energía.

El mundo se paró en ese instante,
vacío absoluto.
Continuó la respiración, la vida, pero tú no estabas.
No sabíamos dónde estabas.

Nunca he estado tan cerca de perderme en el dolor
y no encontrar la salida.

Acaricié el más profundo desconsuelo, el desvarío
en la posibilidad de tu pérdida.

El mundo se paró en ese instante.
Doy gracias porque pudo ponerse de nuevo en marcha.


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