viernes, 6 de agosto de 2010

Relato de estas tierras. DOÑA CONSUELO

Doña Consuelo Restrepo tuvo un sueño en que se veía a sí misma en el sueño como si fuese viuda. No le dijo nada a la mañana siguiente al Negro. A los 30 días exactos, asesinaron cruelmente al Negro. Consuelo, como yo la llamo, tiene miedo a los sueños que tiene, porque no es la primera vez que la vida sucede tal cual ella sueña.
Consuelo me enseñó fotos de las mellizas, cuando nacieron, pequeñitas, y cómo fueron creciendo en la finca; también vi fotos del Negro, su compañero asesinado. Consuelo me contaba cómo apuntaba en una agenda las veces que discutían, y era algo así como dos veces al año. Consuelo, una mujer echá pá lante, y su marido que incondicionalmente la apoyaba. Qué pena ver esas fotos de alguien que ya no está, que en la actualidad tendría cincuenta y pocos años, con esa piel tan oscura y esa cara tan atractiva e interesante. 
Consuelo tuvo que seguir su vida sola, con sus dos hijas, desplazadas, sin ayuda, con mucho esfuerzo y trabajo. A día de hoy, todavía mantienen aquella finca donde vivieron y que tuvo que ser abandonada durante muchos años. Consuelo ha convertido en su sueño verla organizada , hermosa como en aquel entonces, y produciendo frutas y hortalizas. Las hijas, ambas estudian, son muy buenas chicas, ayudan mucho a Consuelo y son negras, como el padre. Esa familia es una bendición.
Tienen una vecina, una muchacha, Paola, que se encuentra todo el tiempo metida en la casa de ellas y es amiga de las mellizas. Se dedica a coser balones de futbol, en un pequeño taller que tiene donde vive. Ella es de Bogotá, pero vive en el pueblo desde hace ya varios años. Se echó un novio paisa y se casó, y se vino sola a vivir con él y su familia. Ahora mismo vive en casa de sus suegros con ganas de marcharse pero con miedo por si al marcharse no puede llevarse con ella su maquinaria, su medio de vida,  y los suegros no se la devuelven. El marido, vive en otra parte, la ha dejado, tras ponerle los cuernos con otra, alegando que quiere que le dé un hijo y que ella no se lo da. Parece que ambos se han hecho todo tipo de pruebas y que ambos están bien. Pero el tío la ha abandonado, ella vive con la familia de él que le hace la vida imposible. Paola me decía " los hombres... al principio muy bien, y luego te muestran otra cara muy distinta, empiezan a culparte a ti de todos los problemas y no se miran al espejo". Qué muchacha tan encantadora , tan dulce, tan trabajadora, y con tan mala suerte con ese tipo.... y sigue estando enamorada y esperanzada con volver con él. Me estuvo comentando que en Bogotá la religión es fría , pero que en el pueblo ha encontrado una religión cálida, una fe distinta, que le abriga el corazón. 
Ahi, por lo  menos encuentra su consuelo, y en Consuelo, que la quiere como una hija.

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